Una invitación para conocer la historia del Galeón de Manila, su cultura y su impacto en Filipinas y en América.

jueves, 19 de mayo de 2022

Una clave genética asiática

El pasado 14 de mayo, el diario español El País, publicó un interesante artículo basado en un estudio académico sobre el legado genético del comercio del Galeón de Manila en México. El ensayo original fue publicado en la revista Philosophical Transactions de la Royal Society. El texto del periódico español está firmado por Elías Camhaji, quien entrevistó a dos de los investigadores: Juan Esteban Rodríguez y Alexander G. Ioannidis.

El trabajo fue realizado por varios expertos en genética y en computación. Las instituciones que los respaldan son el Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (LANGEBIO), ubicado en Irapuato, Guanajuato, en México, en colaboración con el Departamento de Datos Científicos Biomédicos, de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos.

 

 El texto publicado en inglés se localiza 👉 aquí y es de ingreso gratuito.

 La presentación del artículo señala: 

"La población de México tiene una subestructura genética considerable debido tanto a su diversidad precolombina como a la mezcla genética de las migraciones transoceánicas postcolombinas. Este último se originó principalmente en Europa y África, pero también, en menor medida, en Asia. Analizamos conexiones genéticas previamente poco estudiadas entre Asia y México para inferir el momento y la fuente de esta ascendencia genética en México". 

Respecto al método, los autores señalan:

"identificamos el origen predominante dentro del sudeste asiático, específicamente de origen indonesio occidental y filipino no negrito (*), y fechamos su llegada a México hace aproximadamente 13 generaciones (1620). Esto apunta a un legado genético del comercio de galeones de Manila del siglo XVII entre las Filipinas coloniales españolas y el puerto de Acapulco en el Pacífico. De hecho, dentro de México observamos el nivel más alto de esta ascendencia transpacífica en Acapulco, ubicado en el estado de Guerrero". 

"Esta ruta comercial colonial española desde el este de Asia a Europa se centró en México y aparece en los registros históricos, pero su legado ha sido ignorado en gran medida. Las identidades y las historias fueron suprimidas debido a la esclavitud, la asimilación de los inmigrantes como 'indios' y los registros históricos incompletos. Aquí caracterizamos esta ascendencia mexicana poco estudiada".

Por largo tiempo, el tema de la herencia cultural y material de los pueblos asiáticos en la Nueva España y en Sudamérica ha sido materia de trabajo de muchos historiadores. En el caso de la herencia genética se mantenía como una incógnita desde hace décadas, pero el desarrollo científico permite ahora determinar la carga genética en los habitantes actuales de América. 

 ¿Cuántos asiáticos vinieron? 

En este blog hemos compartido diversos estudios y aproximaciones sobre el contacto centenario a través del Pacífico, que fueron propiciados por el uso del llamado Galeón de Manila entre 1565-1815. La intuición permitía pensar que había una cantidad no desdeñable de asiáticos, pero era más difícil determinar su ubicación, desempeño y herencia local.

Quizás la pregunta deba desglosarse entre los asiáticos que llegaron, sus orígenes diversos, y también sus descendientes que llegaron a mantener rasgos culturales asiáticos una o dos generaciones después hasta que fueron absorbidos por las culturas locales, principalmente indígenas regionales. Esta presencia física se enriquecía también por la influencia de los objetos culturales que entraron con gran ímpetu en los mercados de la Nueva España.
 
Llama la atención que se detectó carga genética de individuos provenientes de lugares tan diversos como Luzón, en el norte de la actual Filipinas, como Mindanao, en el sur de ese archipiélago. Pero también de Sumatra, a casi 3, 000 kilómetros de ditancia de Manila. Ello confirma el movimiento humano, voluntario o forzado, desde esos rincones de Asia hasta el punto de comercio que comunicaba con la Nueva España (otros 9, 000 kilómetros).
 
El trabajo ahora publicado es una aportación que tiende a corroborar las intuiciones o deducciones obtenidas en los archivos sobre la presencia de asiáticos en territorio americano. Seguramente nuevos estudios más amplios en el número de muestras y en otros espacios, por ejemplo en el Perú, podrán precisar de mejor manera el desplazamiento de individuos asiáticos a raíz de la apertura de comunicaciones marítimas en el Océano Pacífico. 

A continuación enlisto algunas notas sobre este proceso de arribo de asiáticos, analizado por historiadores basados en consultas de archivos.

El 17 de marzo de 2009 escribimos (Migrantes Filipinos):

El historiador Jonathan Israel señala: “Una cédula real dirigida en 1626 al virrey marqués de Cerralvo quizá proporcione cierta idea sobre el número de esclavos filipinos importados a Nueva España. Ese año la corona calculó una pérdida anual de 5 mil pesos por concepto de derechos de importación no cobrados sobre esclavos filipinos, siendo el impuesto por cabeza de 50 pesos; esto indica que anualmente se introducía de contrabando a la colonia algo así como 300 asiáticos, además de un número tal vez similar de los importados”.

Meses después proporcionamos otra interpretación hecha por Edward R. Slack Jr. hacia el 2009 (Los "chinos" en la Nueva España). 

El autor coloca el nombre de los sujetos en cursivas, porque esta fue la confusión con que fueron vistos en las tierras americanas todos aquellos migrantes que venían de Oriente. Para sus contemporáneos, todos los viajeros procedentes de la región asiática eran chinos, aunque fueran malayos, malabares o birmanos. Esta confusión perduró a lo largo de todo el período colonial y dejó consecuencias perdurables aún en nuestros días. El autor propone entonces una investigación histórica que pueda ser utilizada como si fueran “lentes correctivos frente a una imagen distorsionada”. 

El método de Slack consistía en estudiar "las llamadas pinturas de castas, que estuvieron en boga al final del período colonial, pues este genero tenía el propósito de mostrar la diversidad étnica del país, una especie de catálogo etnográfico propio de la época ilustrada del imperio. En esa taxología humana se buscaba describir las diferencias de piel y de cultura, con base en rudimentarias herramientas científicas de aquella época. Es ahí donde aparecen precisamente muchas de las confusiones que advierte el autor, pues a lo largo de los siglos XVI y XVII se habían mezclado ya tantas "razas" que la tarea de describir los matices se había distorsionado por completo".

Otro trabajo de Edward R. Slack Jr., citado en el estudio de Langebio-Stanford, es el que ofrece una estimación del total de asiáticos que pudieron haber emigrado hacia América. Podría hablarse entre 40,000 y 100,000 individuos (**). 

Sobre las labores de los migrantes asiáticos presentamos el estudio de Slack Jr. (Barberos 1Barberos 2 y Barberos 3)

En 2015 mencionamos la oportunidad de leer en línea la tesis de doctorado de Deborah Oropeza Keresey titulado Los “indios chinos” en la Nueva España: la inmigración de la nao de China, 1565-1700. La investigación estuvo realizada bajo la supervisión de la doctora Solange Alberro y fue aprobada en el año 2007 en el Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México.

La contribución de la investigadora es importante en cuanto se conoce poco acerca del tema de la migración asiática hacia la Nueva España. El texto recoge trabajos primigenios de Guzmán-Rivas (1960), Gonzalo Aguirre Beltrán (1972), Thomas Calvo (1983), González Claverán (1989) y Eiji Fuchigami (sin fecha), que ofrecen "importantes indicios en relación a la inmigración de orientales a la Nueva España" tipos de inmigración, resaltando el elemento de esclavitud; procedencia; áreas de asentamiento en territorio novohispano". La autora intenta rebasar el enfoque relativamente reducido de estos trabajos y proporcionar una visión integral del fenómeno.
Son cuatro los objetivos enunciados en la tesis: primero, confirmar que existió una migración continua en el período 1565 a 1700, tratando de cuantificar dicho movimiento. Segundo, determinar el origen geográfico y étnico de los orientales que llegaron en la nao. Tercero, definir las distintas categorías de inmigrantes (i.e. esclavos, comerciantes) y por último distinguir áreas de asentamiento de la población oriental en la Nueva España.

Vale la pena mencionar que casi simultáneamente aparecieron dos investigaciones similares, la ya mencionada de Edward Slack Jr. y la de Tatiana Seijas, acerca de los migrantes orientales hacia la Nueva España y Perú. Las investigaciones toman como es natural casi las mismas las fuentes de archivo. Tales publicaciones corroboran que en los medios académicos se está generando un mayor interés para conocer el fenómeno migratorio de aquella primera globalización, íntimamente ligado a la integración mundial del comercio a finales del siglo XVI.

Tatiana Seijas aportó un sesgo muy interesante al subrayar el papel de migrantes forzados de los viajeros asiáticos que cruzaron el Pacífico en el Galeón de Manila. Damos cuenta de ello en las entradas del 5 de octubre (Defensores del Esclavismo) y del 27 de octubre de 2013 (Comercio Portugués de Esclavos).

* * *

En suma, como señala el estudio con el que abrimos esta entrada, había ya un substrato genético que podría incluir influencia asiática muy antigua, derivada de la famosa migración durante antiguas glaciaciones, combinada probablemente con migraciones desde Micronesia. El tema de la investigación corresponde, en cambio, a las mezclas genéticas que se dieron ya durante la Nueva España a partir del siglo XVI. Por cierto la Nueva España fue mucho mayor en territorio que el México contemporáneo, pero eso es asunto del método para extender los estudios. 

El aporte científico ofrece certidumbres basadas en evidencias genéticas y localiza algunos puntos geográficos en lo que se hizo el muestreo. De ahí que el Estado de Guerrero sea el que ofrece naturalmente la mayor incidencia de casos y la mayor proporción de legado genético asiático.

Enhorabuena.

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(*) Negrito se refiere a diversos grupos étnicos dispersos en el Sudeste de Asia. En Filipinas se localizan principalmente en Mindanao.

(**) Edward R. Slack Jr. (2009) Sinifying New Spain: Cathay's Influence on Colonial Mexico via the Nao de China, Journal of Chinese Overseas, Brill Online.

1 comentario:

Anónimo dijo...


Comentario recibido de manera directa a mi correo.

Por larga experiencia personal en Acapulco sé que sobrevive en la conciencia de algunos trabajadores acapulqueños su origen filipino y la herencia genética de sus ancestros. En la segunda mitad de la década de los 70, cuando veía a alguien con algún rasgo asiático, entablaba plática informal y terminaba preguntando si sabía algo del origen de sus tatatarabuelos, y muchos de ellos me respondían “se dice que fueron de Filipinas”.

En dos de esos casos, choferes de taxi me preguntaron si me interesaba conocer un restaurante de Comida Filipina y al responder afirmativamente, me llevaron al histórico restaurante “El Filipino”, ubicado en el Barrio de Petaquillas, muy próximo al Fuerte de San Diego, y del muelle histórico del Puerto. La Paella Negra y la Pancita eran los platos estrella consumidos con deleite tanto por acapulqueños, como por tripulaciones de filipinos que laboraban en cruceros turísticos que hacían breve escala en la otrora principal entrada oriental de la Nao.