Una invitación para conocer la historia del Galeón de Manila, su cultura y su impacto en Filipinas y en América.

miércoles, 26 de agosto de 2020

Algo que nunca ocurrió

Dentro de los planes de la corona española para consolidar su poderío en Asia se encuentran algunos proyectos a finales del siglo XVI, que podrían parecer descabellados, como el plan para invadir China, asi como  la fallida expedición a Camboya o la propuesta de invasión a Siam

Esta vez comentaré otras dos propuestas en aquella época temprana. La primera, orientada a reorganizar, bajo un mismo virreinato, las colonias portuguesas y españolas en Asia. La segunda, una década más tarde, para intercambiar Filipinas por Brasil.
 
Un Virreinato del Sudeste de Asia
 
La propuesta para crear un Virreinato de las Indias Orientales del Sur provenía del Obispo de Malaca, João Ribeiro Gaio. El tema se trata en una carta escrita desde el puerto malayo el 11 de abril de 1595 al Rey Felipe II, quien tenía bajo su mando los dominios portugueses e hispánicos en Asia. Paralelamente,  el Obispo escribe una carta similar y en la misma fecha al Gobernador español en Filipinas, Luis Pérez Dasmariñas. La carta al Rey argumenta:
 
"Este principado de las Índias Orientales se gobierna por un virrey que reside en Goa." Se refiere al Virrey del Estado da India. "Es muy grande y comienza en Sofala, Mozambique, y toda las costa de Melinde y estrecho de Meca y Ormuz, y Diu, y Chaul, Goa, Cochín, Coromandel, Bengala, Pegu, hasta Malaca, con otras muchas tierras por la tierra firme adentro, incógnitas, y muchas islas grandísimas, como son las de San Lorenzo y la de Ceilán, y la de Sumatra y de Borney, y de Macasar y las de Java, que son muchas y grandes, y las de Solor y de Maluco, dividiéndo los portugueses este principado, según el modo común de hablar, en dos parte, a la una parte llamamos la parte del norte y la India, y a la otra parte del sur."

"La que llaman parte del norte comienza de Sofala hasta Pegu y Tanacamai (sic). Y la parte del sur comienza de Tanacamarin (sic) e islas de Nicobar hasta Japón y Maluco, islas Filipinas a la parte de la India solamente."'

"Puede el susodicho virrey acudir con sus armadas y aun a esta parte de la India acude con que se adeudar ya sea miserablemente, y a la parte del Sur no puede acudir. Y cuando acude, lo hace con un galeón. Y cuando llegados con cuatro fustas o fragatas, es una armada que casi no hacen otra, y muchas veces llega a Malaca y se torna luego, por donde estas partes del sur, que son las mejores de lo descubierto, y muy ricas de especies, oro, maticas (plantas) y hacienda de oro y plata, en donde se contiene la isla de Sumatra, muy rica de oro y pimienta, y otras muchas cosas, y la Sonda, que tiene comino, y todas las islas de la Java y de Solor, que son muy ricas, y Maluco y Banda, que tienen todas las especies (especias), y las islas de Japón, que tiene mucha plata, y la China, que tiene todas las haciendas (manufacturas) del mundo, de la Cochinchina y Siam y Champan (Champa, hoy parte sur de Vietnam) y la costa de Malaca, hasta Pueda y Tanaceamarin, todo muy rico y que tiene mucha hacienda y muchas otras y tierras incógnitas, y por las tierras firmes adentro, de estas costas de las partes del sur, todo esto se pierde, por mengua y falta de no haber conquistador y virrey que trate de ello."

Concluye Ribeiro Gaio con su propuesta:

"Y por lo cual me pareció servicio de nuestro Señor y de su Majestad hacer esta remembranza. A todas estas partes del sur conviene, a saber Malaca y las islas Filipinas, importa tener virrey, conquistador particular, porque la India no puede ser, por lo mucho que el virrey que asiste en Goa tiene que conservar en las parte del norte. Y como arriba queda dicho, no puede acudir a estar (sic) partes del sur. Y habiendo en ellas virrey y conquistador darle a nuestro Señor muchas victorias, que la gente de estas partes del sur no tiene muchas armas, y es gente poco ejercitada en la guerra." (Subrayado mío).

 
 

 
 Los territorios portugueses en el sur y sudeste de Asia, 
comunicados por la Carrera de Índias. 
Se observan también los territorios en América
(Mapa tomado de Boxer, The Portuguese Seaborne Empire 1415-1825
Lisboa: Galouste Gulbenkian, 1991) .

 
Al parecer, el Gobernador en Filipinas se vió tentado por la propuesta, que en su caso, recibía información específica sobre las condiciones en Siam, Camboya y Pegu. Todo con ánimos de ocupar esos reinos. Sin embargo, la propuesta no prosperó y muy poco después el hasta entonces indiscutido dominio hispano-portugués en Asia comenzó a confrontar la presencia holandesa e inglesa. Ver Alarma en Asia Portuguesa, 7 de junio de 2017.
 
Dos elementos destacables de la propuesta del Obispo Ribeiro Gaio son, primero, la ocupación de territorio continental y no estrictamente las islas del Sudeste de Asia. Era muy atractiva la posibilidad de poner bajo control ibérico al rico reino de Siam. El segundo elemento es que el Obispo de Malaca se plegaba al hecho de que Felipe II era el monarca coronado de Portugal y podía tomar determinaciones muy profundas. Esto a pesar de las promesas hechas durante su coronación en 1581 de mantener separadas las administraciones virreinales, tal como lo cumplió él y sus sucesores.

La propuesta de João Ribeiro Gaio no prosperó y, por el contrario, se reforzó la separación de los teritorios y administraciones portuguesas y españolas en Asia. De hecho, el comercio entre ambos espacios coloniales era intenso y continuó por siglos. Paulo Pinto confirma que en 1585 Felipe II dio instrucciones al Virrey en India, Duarte de Meneses, para que siguiera en vigor tal separación y la prohibición explícita de que portugueses viajaran a Filipinas y a México, lo cual no se cumplió en los hechos.

Intercambiar Brasil por Filipinas.

La segunda propuesta circuló dos décadas después. La noticia histórica es relatada por Margarita Suárez en el análisis del comercio peruano con el Atlántico y el Pacífico.
 
"En las primeras décadas del XVII aparecieron múltiples informes de la Casa de Contratación y del Consulado de Sevilla que calificaban el tráfico con las Filipinas como una de las principales causas del deterioro del comercio atlántico, junto con la presencia de los peruleros. El arbitrio de Pedro de Avendaño al rey, fechado en 1608, es elocuente. Sostenía que el comercio con España había disminuido en tanto el tráfico con las Filipinas había aumentado, y que si se llevaran a España los 2,000,000 de pesos que se remitían al Asia en cada galeón, valdrían seis una vez invertidos en la península; el rey cobraría derechos y aumentaría su patrimonio; también se beneficiarían los vasallos de España y, por último, 'estarán las Indias necesitadas a la dependencia della, que no es lo menos importante para su seguridad'. "
 
La propuesta de Avendaño tenía proporciones continentales:

'ha de ser servido (Vuestra Majestad) de mandar que la Corona de Castilla trueque con la de Portugal las Islas Filipinas, por el Brasil, y que aquellas ´las Filipinas`se goviernen por el Consejo de Portugal, y se naveguen por la India Oriental, quitando de todo punto qualquiera embarcación, trato, y passage a ellas por la Nueva España, y el Pirú'."

Esa atrevida solución a un comercio tricontinental habría acarreado consecuencias enormes para múltiples países contemporáneos. Si seguimos el juego de las historias paralelas o metahistorias, viviríamos en un mundo en el que en Filipinas se hablaría en idioma portugués y Brasil sería hispanohablante. Eso por lo menos, pues el efecto en el papel de dominio regional habría propulsado al virreinato de Perú. 
 
Pero eso, no sucedió.

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Manel Ollé. “Proyectos de conquista y de comercio para China y el Sureste de Asia.” Mélanges de la Casa de Velázquez. Nouvelle série, no. 48–2 (November 15, 2018): 79–99. https://doi.org/10.4000/mcv.8933.
 
Paulo Jorge de Sousa Pinto. Materiales Portugueses sobre el Sudeste Asiático en el Códice Boxer.  En Manel Ollé y Joan-Pau RubiésEl Códice Boxer. Etnografía colonial e hibridismo cultural en las islas Filipinas. Barcelona: Universitat de Barcelona, 2020. pp.155-177. Cita la carta del virrey Duarte de Meneses del 26 de abril de 1586 (Rivara, 1865, pp. 1117-1119.
 
Margarita Suárez. Sedas, Rasos y Damascos: Lima y el Cierre del Comercio Triangular con México y Manila en la Primera Mitad del Siglo XVII. América Latina Historia Económica, año 22, número 2, mayo-agosto, 2015, pp. 101-134. Pontificia Universidad Católica del Perú.