En el medio católico, el concepto de misión puede ser entendido alternativamente como el impulso individual por alcanzar un estado de salvación religiosa o como el traslado geográfico de los hombres de la iglesia hacia nuevos espacios a fin de propagar la fe. En esta segunda acepción, la del despliegue de hombres a nuevas fronteras, fue fundamental la construcción de recintos religiosos rodeados de centros productivos, que garantizaran la acción misionera entre nuevas poblaciones. La historia misionera está llena de brillantes ejemplos y sigue siendo un motivo de intriga para los expertos del arte y de las expresiones culturales.
En este blog abordaremos la experiencia misionera desde el punto de vista político y cultural, principalmente, dadas las consecuencias de gran duración que dejaron huella en la vida de los pueblos de América y de la proyección occidental hacia el continente asiático. En esta exploración trataremos de acercarnos a las diversas experiencias misioneras de otras órdenes religiosas que, como los agustinos, cumplieron un importante papel en la relación entre México y Filipinas.
La doctora Bargellini ha venido realizando por muchos años una detallada investigación de las misiones, en clave histórica y social, que la ha llevado a regiones inaccesibles de la sierra Tarahumara y de los desiertos del noroeste de México. En un ensayo publicado el año pasado planteó una cuestión metodológica de primer orden: cómo caracterizar y valorar la arquitectura y el arte de las misiones jesuitas novohispanas, utilizando nuevos enfoques que rebasen la simple idea de centro y periferia. La pregunta surge por la importancia y magnitud de tantas misiones que se extienden por el norte de México, las Californias y el sur de Estados Unidos. El centralismo cultural de nuestro país ha descuidado el análisis de aquellas misiones.
Las evidencias disponibles permiten pensar que los misioneros del siglo XVII llevaron adelante su obra imbuidos por el deseo de crear verdaderos centros de difusión y no meras estaciones en la remota periferia.
Queda aún mucho por descifrar, pero este tipo de analisis abre camino para una intepretación más acertada de una cultura que había quedado en la oscuridad por muchos siglos.
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Clara Bargellini. Arquitectura jesuita en la tarahumara ¿Centro o Periferia?. En Ordenes religiosas entre América y Asia. Ideas para una historia misionera de los espacios coloniales. Elisabetta Corsi, coordinadora.Colegio de México, 2008. Pp.143 – 155.
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