Esta es una historia muy lejana que antecede en cinco siglos al Galeón de Manila. Sin embargo, las lecciones de una nueva exhibición en el Museo de las Civilizaciones Asiáticas en Singapur sobre el naufragio de un barco de la dinastía Tang (690-705) tiene muchos elementos que se proyectan hacia el comercio transpacifico, sus modalidades y condiciones.
Los mares del Sudeste de Asia eran muy activos hace más de mil años, cuando Europa dormia en la oscuridad de la edad media y en América, por ejemplo, florecía la cultura Teotihuacana. Los primeros comerciantes que tocaron diversos puertos en regiones de la actual Malasia e Indonesia eran en su mayoría de procedencia árabe. Un producto muy atractivo era el incienso de Omán, entre muchos y variados productos que eran considerados exóticos y muy apreciados, como cuernos de rinoceronte, especias, o maderas olorosas. El tipo de embarcación variaba, pero en general eran navíos a vela como el de la ilustración, no más de 20 metros de eslora (largo del barco), impulsados por vela.
Los elementos rescatados de aquel naufragio muestran una intensa relación entre puertos de diversas culturas y la variedad de productos sugiere que el barco siguió una ruta que partió del sur de China, siguió por las costas de lo que hoy se conoce como Vietnam y Malasia; probablemente pasó por Singapur y encalló al norte de Java antes de dirigirse hacia la India. Aún más sorpendente es la posibilidad de que en el mismo navío había, además de la tripulación china, probablemente comerciantes árabes o indios, conviviendo como en los modernos barcos comerciales. Eso obliga a preguntarse ¿qué tan modernos son nuestros tiempos?
Traigo a colación este apunte porque permite resaltar la importancia del intercambio comercial en la región del sudeste de Asia antes de la llegada de los europeos en el siglo XVI. Es un ejemplo del marco cultural y económico que hizo posible la actividad de un galeón llegado desde el otro lado del Pacífico, la Nueva España, con un producto altamente deseado, la plata. Una perspectiva de largo plazo permite poner en contexto la importancia de la llegada de los portugueses a Malaca a principios del ese siglo, irrumpiendo en las rutas asiáticas y, medio siglo después, la llegada de los españoles a Filipinas.
A los lectores de este blog les deseo felices fiestas y los mejores deseos para el 2016. En el año que viene procuraré ofrecer información más detallada y miradas asiáticas sobre el galeón de Manila.
Platos chinos para el comercio en el Sudeste de Asia e India.
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