Creo que puede ser de interés para los lectores reproducir una entrada de este blog publicada en 2009. No es algo que haga frecuentemente, pero es útil para referirse a los esfuerzos de cooperación entre pueblos y estados en la lucha contra epidemias en el pasado histórico.
En 1803 salió de La Coruña, España, la expedición médica comandada por el Dr. Francisco Javier Balmis. Hubo otra expedición con rumbo al sur de América, dirigida por el médico militar José Salvany y Lleopart, de la que hablaremos al final de este texto.
Despedida de la expedición médica de Acapulco a Manila
En 2009, escribí en este blog: "La epidemia que afecta a México y que amenaza convertirse en
pandemia, permite recordar que la lucha contra otra enfermedad, la
viruela, producida también por el estrechamiento de nuestro planeta,
impulsó hace poco más de doscientos años a los hombres de ciencia a
utilizar los recursos médicos a su alcance, en este caso la vacuna, para
lanzar una batalla verdaderamente global.
"Corrían
los años reformadores de la corona española, gobernada por el rey
Carlos IV, quien había perdido una hija víctima de la viruela, lo que
lo sensibilizó para introducir algunos avances en la salud pública y en
la actualización científica de su país. En ese contexto, se autorizó
una expedición científica dirigida por el doctor Francisco Javier Balmis
(1753 -1819) patrocinada por la Corona para diseminar la vacuna contra
la viruela; una hazaña científica que enlazó de manera perdurable a
México con Filipinas.
"La
expedición salió de La Coruña el 30 de noviembre de 1803, pasando por
Puerto Rico y Venezuela, rumbo a México, donde operó a lo largo de casi
un año. A finales de enero de 1805 llegó al puerto de Acapulco.
Las
crónicas señalan que se trataba de una rara peregrinación procedente de
la ciudad de México, compuesta por veinticinco niños, cuyas edades
oscilaban entre los cuatro y los seis años, provenientes de
los hospicios de Valladolid, Querétaro y Zacatecas. "Llegaron a Acapulco
para embarcarse con destino a Manila; eran portadores del beneficio de
la vacuna contra la viruela, que tantos estragos había causado en la
Nueva España, desde que aquel esclavo negro, Francisco Eguía, al
servicio de Pánfilo de Narváez, la introdujo en 1520" (1).
Tomás
Oteiza Iriarte señala que"en aquel tiempo no había manera de contar con
ampolletas y la única forma de llevar de una parte a otra la vacuna,
era, la de propagar su beneficio bajo la técnica de "brazo a brazo" a
fin de mantenerla fresca. Con este procedimiento fue extendiéndose su
aplicación por todas las colonias hispanas". La vacuna había salido de
España en la corbeta "María de Pita"(...) con el propósito de introducir
su aplicación por toda la América y las Filipinas. El Dr. Balmis
contaba con una orden suscrita por el rey de España, para que tanto las
autoridades civiles como las eclesiásticas, cooperaran con todos los
medios a su alcance para su propagación y uso, sin obstáculos de ninguna
especie". Ver más abajo un comentario sobre los métodos de vacunación.
"Como una medida
efectiva y práctica el Virrey y Arzobispo de México expidieron
circulares a todas las Intendencias y Obsipados, para que a su vez las
hicieran extensivas a todos los Gobernadores y Alcaldes de los pueblos,
así como también a las parroquias y capellanías, recomendándoles que al
tener aviso de que llegaban a sus jurisdicciones el pelotón de niños y
sus encargados, los recibieran como un Don del Cielo.
Oteiza
Iriarte menciona una crónica de aquella extraña procesión de niños:
"En Veracruz, Puebla, Oaxaca, Zacatecas y otras entidades del país, el
doctor Balmis y su brigada sanitaria fueron recibidos con repiques de
campanas, estallido de cohetes y música de alegres bandas".
"En
Acapulco, el Gobernador del Castillo y el Alcalde, el párroco con sus
acólitos acompañados por muchas gentes (sic) del pueblo, salieron a
recibir a los infantes hasta el punto llamado La Garita,
donde formaron una procesión, llevando en alto un niño que traía la
vacuna antivariolosa en su bracito, semejando una imagen viviente;
seguíanlo el sacerdote y las autoridades para así hacer comprender a las
multitudes que era todo un bien, ese medio de combatir el grave mal.
Hicieron su entrada a la ciudad, cantando la letanía de los santos, y
una vez en la iglesia se llevó a cabo una función religiosa en acción de
gracias. La confianza que despertó este proceder en el ánimo de las
gentes (sic), permitió que al día siguiente se vacunaran muchos niños".
"Si
de por sí, la salida del galeón de Manila del puerto de Acapulco era
todo un acontecimiento, en esta ocasión, tuvo resonancias mayores, pues
muchas madres que veían partir a aquellos niños sólo al cuidado de
hombres rudos, les causaba profunda pena. Salieron de Acapulco el 5 de
febrero de 1805 rumbo a Manila. Tuvo una escala en Macao y otra en
Cantón. Una vez cumplida su misión, prosiguieron el viaje de retorno a
España, dándole así la vuelta al mundo".
Los resultados científicos de aquella expedición siguen siendo motivo de estudio para los historiadores, pero deja en la memoria un importante vínculo que une a México con Filipinas."
Métodos de vacunación
El biólogo y pedagogo mexicano Gabriel Calderón me comenta que "ya en la Nueva España y en otras partes del mundo se probaban otros medios: el del fluido guardado en laminillas, que no funcionaba para largas distancias pues dejaba de ser funcional y otros dos métodos por demás peligrosos porque estadísticamente era grave para el 20 % de los usuarios: se soplaba en la nariz de las personas sanas, desde tubos como cerbatanas, pústulas secas y pulverizadas de los enfermos de viruela. Muchos enfermaban con síntomas fuertes pero no mortales, el 20%, como dije, sí moría. El otro método era tomar con una aguja pus de enfermos de viruela (no de la de las vacas, sino de la mortal) y picar con ella el brazo de las personas sanas: muchos morían con ese método, que daba miedo como remedio, pero daba mucho más miedo el contagio. Poco después estalló la guerra de independencia y leí por ahí, en algún documento, que Vicente Guerrero exigía que, para entrar a su tropa, los aspirantes debían vacunarse contra la viruela. He tratado de verificar el dato pero no encuentro más referencias sobre esto. Lo que sí encontré en varios más, fue que siendo presidente, Guerrero sí propuso a la cámara de diputados una campaña nacional de vacunación infantil contra la viruela... no lo logró por lo mismo que no se logró casi nada en la primera mitad del siglo XIX: un cuartelazo lo quitó."
La expedición en Sudamérica
Como señalé al principio, una expedición paralela a la de Balmis se realizó en la ruta del sur. Sin embargo la expedición dirigida por el médico militar José Salvany y Lleopart enfrentó tremendas dificultades no sólo geográficas, sino también políticas, pues ya se iniciaban las luchas independentistas en el continente. La expedición comprendía únicamente dos doctores, un ayudante y una enfermera.
Esto ha sido y seguirá siendo motivo de análisis para los historiadores, al ligar los efectos de las epidemias sobre la población, la economía y finalmente la estabilidad política.
La expedición de Salvany recorrió Colombia, Bolivia, Perú y Argentina. "El propio Salvany contrajo tuberculosis, paludismo y difteria, perdió la visión en un ojo, se dislocó una muñeca y terminó muriendo en 1810, a los 34 años de edad, en Cochabamba (Bolivia), donde está enterrado. Su sucesor, el médico militar Santiago Granado y Navarro Calderón, continuó la expedición llevando la vacuna a Chile, hasta llegar a la Patagonia. En esta expedición austral, que terminó en 1812 -cuando España se encontraba ya en plena Guerra de Independencia contra los franceses- se vacunaron más de 100.000 personas, cifra excepcional para la época, y más teniendo en cuenta que fue iniciada por cuatro hombres (Salvany, un ayudante, un médico y una enfermera) y cuatro niños."
Métodos de vacunación
El biólogo y pedagogo mexicano Gabriel Calderón me comenta que "ya en la Nueva España y en otras partes del mundo se probaban otros medios: el del fluido guardado en laminillas, que no funcionaba para largas distancias pues dejaba de ser funcional y otros dos métodos por demás peligrosos porque estadísticamente era grave para el 20 % de los usuarios: se soplaba en la nariz de las personas sanas, desde tubos como cerbatanas, pústulas secas y pulverizadas de los enfermos de viruela. Muchos enfermaban con síntomas fuertes pero no mortales, el 20%, como dije, sí moría. El otro método era tomar con una aguja pus de enfermos de viruela (no de la de las vacas, sino de la mortal) y picar con ella el brazo de las personas sanas: muchos morían con ese método, que daba miedo como remedio, pero daba mucho más miedo el contagio. Poco después estalló la guerra de independencia y leí por ahí, en algún documento, que Vicente Guerrero exigía que, para entrar a su tropa, los aspirantes debían vacunarse contra la viruela. He tratado de verificar el dato pero no encuentro más referencias sobre esto. Lo que sí encontré en varios más, fue que siendo presidente, Guerrero sí propuso a la cámara de diputados una campaña nacional de vacunación infantil contra la viruela... no lo logró por lo mismo que no se logró casi nada en la primera mitad del siglo XIX: un cuartelazo lo quitó."
La expedición en Sudamérica
Como señalé al principio, una expedición paralela a la de Balmis se realizó en la ruta del sur. Sin embargo la expedición dirigida por el médico militar José Salvany y Lleopart enfrentó tremendas dificultades no sólo geográficas, sino también políticas, pues ya se iniciaban las luchas independentistas en el continente. La expedición comprendía únicamente dos doctores, un ayudante y una enfermera.
Esto ha sido y seguirá siendo motivo de análisis para los historiadores, al ligar los efectos de las epidemias sobre la población, la economía y finalmente la estabilidad política.
La expedición de Salvany recorrió Colombia, Bolivia, Perú y Argentina. "El propio Salvany contrajo tuberculosis, paludismo y difteria, perdió la visión en un ojo, se dislocó una muñeca y terminó muriendo en 1810, a los 34 años de edad, en Cochabamba (Bolivia), donde está enterrado. Su sucesor, el médico militar Santiago Granado y Navarro Calderón, continuó la expedición llevando la vacuna a Chile, hasta llegar a la Patagonia. En esta expedición austral, que terminó en 1812 -cuando España se encontraba ya en plena Guerra de Independencia contra los franceses- se vacunaron más de 100.000 personas, cifra excepcional para la época, y más teniendo en cuenta que fue iniciada por cuatro hombres (Salvany, un ayudante, un médico y una enfermera) y cuatro niños."
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Tomás Oteiza Iriarte. Acapulco: La Ciudad de las Naos de Oriente y de las Sirenas Modernas. Edición del autor. 1965, pp. 161-162.
Blog Counting Stars, Balmis Expedition: The Spanish feat that saved millions of lives in America, Philippins and China. 17 marzo 2020.
Blog Counting Stars, Balmis Expedition: The Spanish feat that saved millions of lives in America, Philippins and China. 17 marzo 2020.
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