El profesor Peter Borschberg, del Departamento de Historia de la Universidad Nacional de Singapur (1), concluyó recientemente un ciclo de conferencias acerca de la confrontación que se dió a principios del siglo XVII entre holandeses, por un lado, y portugueses y españoles en el Sudeste de Asia. Dicho enfrentamiento, que vivó sus momentos más álgidos en las primeras décadas del seiscientos, forma parte de la guerra de secesión de las Provincias Unidas (ahora conocida como Países Bajos u Holanda) contra el poder de los Habsburgo, que encabezaba el Rey de España. Este período es recordado también como la Guerra de los Ochenta Años, pero lo que aquí trataremos son las consecuencias que el conflicto europeo tuvo en la región del Sudeste de Asia.
Estado da India
Creo que es poco conocido o al menos poco discutido en la historia en español este importante momento en la historia del Sudeste Asiático en el que se vivió el ascenso del poder holandés, que llevó a la fundación de la ciudad-puerto Jakarta en 1619 y al control de la fuente de las especias. Las consecuencias para Filipinas fueron notables y llevaron a una serie de costosas medidas de defensa de las islas, que hizo del comercio del Pacífico un sistema rigurosamente vigilado.
En los años previos, una pujante campaña militar holandesa puso en jaque a los portugueses que se organizaban bajo la estructura del Estado da India. Recordemos que los portugueses llegaron a India desde principios del siglo XVI y desarrollaron un sistema de comercio en una cadena de puertos desde el océano Índico hasta Malasia y las Molucas. Por casi un siglo, los lusitanos fueron los dueños del comercio de especias, telas de la India, y productos como el almizcle, perlas, sedas, que recolectaban en ese extenso espacio.
Lo españoles también tenían ambición de controlar aquel comercio y lo intentaron varias veces, pero llegando por la vía del Pacífico. El primer gran avance fue el viaje de Fernando Magallanes en 1521, quien paradójicamente era portugués. Este blog ofrece múltiples entradas en las que es posible leer un poco más acerca de esos esfuerzos de navegación, comercio y armas. Sin duda, el momento más importante del avance español se dió en 1565 con el arribo de la expedición de Legazpi y la posterior fundación de Manila en 1571.
En ese complejo panorama, la llegada a Asia de navíos holandeses colocó un nuevo elemento de conflicto para portugueses y españoles. El reto holandés se cifra en varios rasgos muy particulares.
- Su capacidad de navegación en navíos rápidos y fuertemente armados, que competían con los pesados galeones portugueses (Naus) y españoles (Naos o galeones).
- Los holandeses avanzaban imbuidos de un fervor rebelde contra lo que consideraban la opresión de los Habsburgo representada por el monarca español.
- Desafíaban también el concepto de catolicismo papal que hacía alianza con españoles y portugueses; los holandeses eran herederos de los reformadores o disidentes del orden católico romano.
¿Cuál es el orden de prioridad en estos rasgos? Es difícil saberlo. Los holandeses habían cultivado a lo largo del siglo XVI una imagen de las atrocidades cometidas por los conquistadores españoles en América. Esta imagen se reforzaba por los abusos descritos, por ejemplo, por Bartolomé de las Casa en la Brevísima Destrucción de la Indias en 1552. La insurrección holandesa dio inicio pocos años después y se alimentó del rechazo al dominio español, al grado de indentificarse con las víctimas indígenas americanas. (2) Paulatinamente, el éxito de sus incursiones en varias partes del mundo, desde el norte de Brasil, África, la India, y el Sudeste de Asia, rindió frutos inmediatos con el botín arrebatado a los ibéricos. Los conceptos de guerra contra el tirano, la búsqueda del comercio libre, y del mar libre, eran divisa que justificaba su acción... con jugosa retribución al capturar valiosos cargamentos portugueses y españoles que transitaban por aquellos mares.
El teatro asiático de operaciones era un conjunto muy variado de pueblos y de formaciones políticas que jugaron un papel importante en la evolución del conflicto. El comercio era una forma de vincular a todos los actores de este conflicto, lo que proyectó hacia el resto del mundo el prestigio de las riquezas asiáticas. Los pueblos malayos e indonesios vivían bajo la influencia inicial del Islam y observaban la confrontación con mucho cuidado, haciendo alianzas o desplazando sus ciudades. Con cierta distancia, el Imperio Chino obervaba el ascenso europeo y se preparaba para evitar la llegada de los bárbaros.
No es el espacio, por ahora, para describir el papel de los ingleses en esta globalización del conflicto europeo, pero cabe adelantar que tanto holandeses como ingleses tenían similitudes y grandes diferencias en su forma de operar.
En la siguiente entrada abordaré varios de los incidentes que identifican a este período de conflicto en aguas del Sudeste de Asia. Por lo pronto, invito a los lectores a ver estas entradas:
Agosto 2008, La Especiería de Filipinas
Septiembre 2011, Productos
Noviembre 2013, Esclavismo Holandés
Agosto 2015, Una historia regional
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(1) Peter Borschberg es un investigador que ha trabajado por décadas la historia de la expansión europea en Asia. Tiene una copiosa lista de artículos y libros publicados que abarcan aspectos jurídicos, económicos y políticos. Su contribución académica desde Singapur ha permitido incorporar fuentes en varios idiomas (del latín al holandés, así como el español y el portugués, pero también el malayo), lo que enriquece la textura del análisis histórico. Ver aquí su perfil y publicaciones
(2) Benjamin Schmidt. Innocence Abroad: The Dutch Imagination and the New World, 1570-1670, Cambridge and New York: Cambridge University Press, 2001
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