Es agradable reconocer que en Manila se preservan valiosas colecciones documentales, que contribuyen al conocimiento del pasado de este puerto global. Aunque mucho fue destruido por incendios y terremotos, así como por el terrible flagelo de las guerras, aún existen colecciones como las de la Universidad de Santo Tomas (UST). Esta entidad fue fundada en 1611 por el arzobispo de Manila Miguel de Benavides, de la Órden de los Predicadores, en intramuros. Como tal, es la universidad más antigua de tipo europeo en Asia.
Pórtico neoclásico de la UST, en el boulevard España
Tanto en esta universidad como en otras entidades públicas y privadas de Filipinas se ha llevado a cabo una labor de preservación, recuperación y digitalización de documentos. De hecho, algunos de los grupos empresariales de este país han invertido en la construcción de museos y de colecciones que se habían dispersado por el mundo. Ya hemos mencionado en este blog el trabajo realizado por el Museo Ayala, en Makati. El Ateneo de Manila y la Universidad de Filipinas realizan una labor intensa de publicaciones académicas y de recuperación de textos clásicos de la historia del país. A este genero se le conoce como Filipiniana. Me quedan en la lista varias otras instituciones que ojalá pueda visitar en el futuro.
Semper Lumina
El año pasado, la biblioteca Miguel de Benavides lanzó un catálogo de libros raros, contenido en ocho tomos que abarcan desde 1492 hasta 1945. Contiene anotaciones de 30,000 volúmenes depositados en dicha biblioteca. Varios de ellos han sido digitalizados y pueden ser parcialmente consultados en línea. En ocasión del anuncio de este esfuerzo editorial se hizo una exposición que se denominó Semper Lumina, algo así como Luz Perenne o contínua, en referencia a los cuatro siglos de educación y difusión de la Universidad. Cuatro de los volumenes se dedican a libros y otros dos a folletos, manuscritos y legajos depositados en el archivo de la UST. El director del archivo es Regalado Trota José, a quien agradezco su amable autorización para la consulta de algunos textos. El editó los dos volúmenes dedicados a materiales en archivo, con auxilio de Anabel de la Paz Gonzalez y descripciones históricas de Jorge Mojarro.
Cabe recordar aquí que esta biblioteca publicó en 1983 un fascímil del libro Doctrina Cristiana, publicado en Manila en 1593 por los religiosos de Santo Domingo, en lengua castellana y tagala.