Una invitación para conocer la historia del Galeón de Manila, su cultura y su impacto en Filipinas y en América.

jueves, 22 de septiembre de 2022

Hombres del Mar

 En el mar, la vida no es sabrosa. 

He leído la tesis de doctorado de Kristyl Obispado, historiadora filipina que estudió en el Colegio de México. Es un texto preciso, muy bien ordenado y que avanza en territorios de investigación que han sido soslayados por la historia imperial. La investigación versa sobre Los marineros del Pacífico. Los trabajadores globales en los márgenes del Imperio Español (1580-1640), traduciendo de manera laxa el título original en inglés.

La tinta de la tesis está todavía fresca, pues esta investigación fue presentada en agosto de 2021 en la Ciudad de México. Esto es motivo de congratulación pues refleja la cooperación entre instituciones académicas de Filipinas y México. 



Galeón Mecánico (c.1580-1590). Museo Británico.

En efecto, no existen tantos estudios acerca de los marineros, la fuerza de trabajo que hacía funcionar las maravillosas máquinas de la navegación. Se ha invertido mucho esfuerzo en investigar los mecanismos del poder imperial, las relaciones culturales a través del Pacífico, la obra misionera católica en Asia, los procesos económicos del comercio entre ambos lados del océano y más allá. 

Por ello es notable y bienvenida una investigación específica sobre el tema de la organización del trabajo, sobre los orígenes de los marineros, sus condiciones, que podían ser por contrato o por fuerza. Las características del trabajo estos personajes en el siglo XVI y XVII indican que los marineros se convirtieron en trabajadores globales. A fin de cuentas, los galeones prefiguran las fábricas de la época industrial de siglos posteriores, con rangos, rutinas y tareas específicas, con normas y frecuentemente más castigos que beneficios para los operarios.

La doctora Kristyl Obispado reconoce algunas obras que han aportado elementos en el terreno que ella estudia.

  • Guadalupe Pinzón. Hombres de mar en las costas novohispanas. Trabajos, trabajadores y vida portuaria en el departamento marítimo de San Blas (siglo XVIII). México: UNAM, 2014. De acceso gratuito aquí: http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/hombres/demar.html
  • Déborah Oropeza Keresey, "La Esclavitud Asiática en el Virreinato de la Nueva España, 1565-1673". Ver: Historia Mexicana, Vo. 61, No. 1 (241) (Julio-Septiembte 2011), pp. 5-57.
  • Slack Jr., Edward R., “Sinifying New Spain: Cathay’s influence on Colonial Mexico via The Nao de China” en The Chinese in Latin America and the Caribbean, Walton Look Lai y Tan Chee-Beng, (editores), Boston/Leiden, Ed. Brill, 2010.
  • Tatiana Seijas, Asian Slaves in Colonial Mexico; From Chinos to Indians, New York: Cambridge University Press, 2014.
Hemos mencionado los tres últimos trabajos aquí: https://lanaova.blogspot.com/2015/02/indios-chinos-en-la-nueva-espana_13.html

El Galeón representaba una máquina maravillosa, autómata

El texto es resultado de una investigación acuciosa en varios archivos, en particular en las Cuentas de la Hacienda Real, ramo Contaduría, del Archivo General de Indias, acerca del movimiento de los galeones en un período de cincuenta años (1590-1640). Es por ello que los anexos de la tesis son voluminosos al integrar diversas categorías de la organización del trabajo en los galeones, de las mercancías transportadas, de las tareas de los marineros, los salarios pagados, si bien era frecuente el retraso en el pago del trabajo devengado. Es una combinación muy acertada del estudio cuantitativo y el análisis cualitativo de esta gama de trabajadores, incluyendo cuando es posible algunos elementos de sus vivencias. 

Dos vidas, muchas vidas. De hecho, la autora concluye su trabajo al brindar un sólido contexto en la descripción de las trayectorias de dos marineros, uno del siglo XVI, Juan de Uriza (¿peruano?),  y otro del siglo XVII, Juan del Campo, filipino. Cada uno de ellos guardaba los documentos que garantizaban su supervivencia: certificado de servicio, cartas de pago, prueba de religión, certificados médicos y permisos para salir de los puertos. Este era su propio historial de trabajo. Es interesante encontrar este tipo de documentos en archivos de difuntos o en controvesias legales o de religión.

Se destaca que la organización del galeón contaba con reglas precisas y varias de éstas derivaban del pensamiento católico romano. Es decir, se trataba de garantizar que los oficiales y los marineros comulgaran con los principios religiosos dominantes. Es por ello, que algunos elementos de la información provienen de denuncias ante la inquisición cuando presumiblemente se rompía esa regla.

Sobre la cantidad de marineros cito en traducción libre al español: 

"Considerando que cada año partían de manera regular dos barcos con un total de 300 marineros (excepto en los años 1614, 1627 y 1637 cuando el Rey no pudo enviar la ayuda o socorro a las Filipinas) y tomando en cuenta que el servicio de cada marinero era de un año (es decir, formalmente había un grupo nuevo de 300 marineros cada año a lo largo del período que se estudia), se puede asumir que entre 1590 y 1640 se emplearon por lo menos 14,100 marineros." (p. 120).

Si se toma en cuenta que el galeón se abastecía de rutas suplementarias en Asia, el número de marineros relacionados con el sistema comercial ascendería a más de 20,000 trabajadores del mar.

Las necesidades del servicio hacían que varios marineros se vieran obligados a cumplir tareas de defensa, en momentos de gran tensión entre España y sus enemigos ingleses y holandeses. La carga presupuestal de la defensa, especialmente en Filipinas y eventualmente en otras localidades asiáticas, como las islas Molucas, fue motivo de discusión entre administradores coloniales por largo tiempo. En ocasiones los marineros eran obligados a actuar como soldados, pero finalmente la práctica común fue enviar soldados desde México a las Filipinas, en una estimado de 156 hombres por año. Los gobernadores en Manila pedían 300 soldados. Tan sólo en 1633 se señalaba la necesidad de 2,200 soldados para proteger los dispersos presidios (fuertes y puestos de defensa) en Asia Pacífico (p. 169).

Un aspecto muy interesante es la observación y documentación en el capítulo cinco de que los marineros también participaban marginalmente del comercio del galeón, al adquirir textiles, porcelanas, accesorios y otros productos susceptibles de ser vendidos al final de la travesía, en la Nueva España.

Ojalá esta investigación pueda ser divulgada más ampliamente en un libro en español pues es un enfoque novedoso y bien fundamentado de la compleja historia del Galeón de Manila.

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Imágenes tomadas de la página del Museo Británico. 

https://www.britishmuseum.org/collection/object/H_1866-1030-1

Se trata de un galeón metálico que tiene un reloj. "La máquina no es esencialmente un reloj, sino un magnífico e ingenioso autómata diseñado para anunciar un banquete desplazándose de forma autónoma a lo largo de una mesa. A medida que avanzaba, un pequeño órgano de regios o de tubos interpretaba una melodía y unas baquetas tocaban en una piel extendida sobre la base del casco de la nave. Mientras todo esto ocurría, las copas de los mástiles de proa y mesana giraban. Como parte del espectáculo, los Electores del Sacro Imperio Romano Germánico, precedidos por tres heraldos, procesionaban y hacían una pequeña reverencia ante el Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Rodolfo II, sentado en un trono bajo un dosel. El barco volvia a avanzar acompañado por la música y los tambores y, como gran final para agasajar a los invitados, disparaba el cañón principal del bauprés, que encendáa una mecha de rápida combustión que ardía rápidamente alrededor del casco, disparando a su vez los demás cañones para terminar su actuación en una maravilla de ruido y humo."

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