La corona portuguesa fue la primera en adoptar, en la era del comercio, un sistema de administración descentralizado que pudiera hacer frente a la enorme dispersión geográfica de los nuevos teritorios en África y Asia. Fue de esta manera, más por necesidad que por decisión, y ello provocó serios problemas que condujeron al declive de la gran aventura portuguesa en Asia. Quizás como producto de los errores de los portugueses, los holandeses y los ingleses adoptaron posteriormente un sistema corporativo con apoyo de sus gobiernos que les permitió administrar de manera más eficiente sus posesiones en aquellos continentes.
En el centro del sistema portugués se encontraba el puerto de Goa, en la costa occidental de la India. Si bien de manera formal Lisboa seguía siendo la metrópoli, en el aspecto comercial y administrativo; sin embargo, Goa tenía un enorme ascendente sobre el otros puertos en la región que ya operaban antes de la llegada de los portugueses. Tanto Goa como los puertos menores estaban profundamente inmersas en las formas comerciales asiáticas. Philip D. Curtin escribe:
Así como los oficiales reales amasaron sus fortunas permitiendo que los asiáticos los corrompieran, otros portugueses -soldados, clérigos, e incluso algunos empresarios privados- entraron al comercio asiático en los mismos términos que los comerciantes asiáticos. En ocasiones enviaban sus productos en embarcaciones de la Corona, pero también empleaban barcos construídos en Asia al estilo europeo (algunos de estos bajo propiedad de asiáticos) y tripulados por asiáticos. Debido al riesgo que significaba el regreso a Europa, la mayoría del comercio portugués consistía en transportar bienes asiáticos a destinos en Asia (1).
En esa perspectiva, la ocupación de Malaca fue otro de los grandes éxitos del despliegue portugués, en cuanto a su capacidad de influir en el comercio asiático, empleando los métodos de intermediación en rutas preexistentes. El puerto gobernado por un Sultán era ya un emporio, gracias a su privilegiada posición geográfica:
(...) un puerto fácilmente defendible en un estrecho de 65 km de ancho, situado estratégicamente respecto a los monzones alternos del océano Índico y de los mares de China (...) Ya en el año 1460 su sultán controlaba ambas riberas del estrecho a lo largo de unos 700 km; semejante posición no podía escapar al ojo geopolítico de Afonso de Albuquerque, quien tomó la ciudad en 1511 y la convirtió en la base desde la que se frustrabam las incursiones de los españoles a las islas de las Especias (2).
Un ejemplo fundamental de la presencia portuguesa en la zona en aquella época fue la importancia que adquirió el idioma portugés, lengua dominante o lingua franca del comercio marítimo de Asia. Mantuvo ese sitio hasta casi el final del siglo XVIII, cuando fue sustituido gradualmente por el inglés.
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(1) Philip. D. Curtin. Op.cit., p 143.
(2) O. Spate. Op.cit., p 208.
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