Una invitación para conocer la historia del Galeón de Manila, su cultura y su impacto en Filipinas y en América.

domingo, 28 de agosto de 2011

Diáspora y plata

El comercio entre pueblos de origen diverso se pierde en la prehistoria y es tarea de arqueólogos reconstruirlo. El impulso más notable es el intercambio fronterizo, que sustituye el conflicto, aunque en ocasiones lo genera (griegos, persas, árabes, indios, aztecas, incas). Pero en el siglo XVI estaba claramente delineada la práctica de comerciantes que se desplazaban hacia territorios ajenos y desde ahí ejercían el comercio transcultural, como los árabes en la India, cuyos asentamientos y redes comerciales fueron empleadas por los portugueses. Philip D. Curtin otorga particular relevancia a este tipo de comercio trashumante y lo define como diáspora comercial.

En este tipo de comercio, los encargados del intercambio se desplazan físicamente a países ajenos, generalmente a las urbes más importantes, aprenden el idioma local, las costumbres y las reglas comerciales imperantes. Sirven entonces como transferencias culturales (cross-cultural brokers), promoviendo el intercambio entre su propia cultura y la del país que los recibe. Pronto, estos comerciantes se distinguirán de aquellos que van y vienen desde su país de origen y en cambio prefieren establecerse permanentemente en el nuevo territorio, usualmente dominando redes de puestos comerciales.  Se cumple así el sentido de la etimología griega del término diáspora: la semilla que se esparce al viento para ser sembrada.


Dinámicas mercantiles de las comunidades de la diáspora china.

El concepto de diáspora es el más cercano a la realidad que operaba en los mares de China, desde la frontera norte con los estados vecinos de Corea y Japón, como en el sur, con los estados tributarios de Vietnam, Laos, Camboya y Siam. Grandes movimientos comerciales chinos en toda la región, unos ilegales, con prácticas de piratas, compartían el intercambio con un sinúmero de agentes de todos los origenes. En ese contexto, la presencia de europeos vino a complicar aún más el entramado de aquella región.

El elemento que daría fluídez al comercio fue la plata y la voracidad que China tenía por ese metal. Manel Ollé explica este fenómeno histórico de la siguiente manera:

Durante la primera mitad del siglo XIV, el precoz sistema del papel moneda introducido en el imperio chino desde siglo XI y consolidado por la dinastía mongol de los Yuan entró en crisis: la opción de usar en exclusiva papel moneda acabó por incentivar la aparición de plata en el mercado negro doméstico y su masiva proyección hacia los ámbitos de Asia interior y marítima, donde la plata era requerida como única moneda viable de intercambio por sus socios comerciales (subrayado mío). Durante las primeras décadas de la nueva dinastía Ming (1368-1644) se intentó reproducir el sistema monetario anterior, pero derivándolo hacia un sistema dual, en el que el papel moneda se reservó a las grandes transacciones y las monedas de cobre a las pequeñas. Sin embargo, a lo largo del siglo XV se produjo un significativo  avance del uso de la plata de procedencia japonesa como sustituto del papel moneda.
La consolidación definitiva de la plata como moneda habitual en todos los ámbitos -menos en el pequeño comercio reservado a las piezas de cobre- se produjo durante las últimas décadas del siglo XVI. La unificación de los diferentes impuestos en el llamado sistema de latigazo único (Yitiao Bianfa), constituido por un único impuesto en plata se generalizó en la década de 1570.
La parcial apertura de algunos puertos de Fujián al comercio exterior incentivó el flujo comercial con los dos ámbitos productores de plata: Japón y  Nueva España, a través de la intermediación portuguesa en el primer caso y a través del Galeón de Manila en el segundo caso. La plata se convirtió así en la moneda de uso en el comercio interior y exterior, en las embajadas tributarias -una de las principales vías de entrada de plata japonesa en China eran las embajadas coreanas- y en la recaudación fiscal y el pago a los funcionarios imperiales.

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Philip D. Curtin. Cross-cultural trade in world history. Trade diasporas and cross-cultural trade. Cambridge Press University, 1984. pp 1-11.

Manel Ollé, Comunidades mercantiles en conflicto en los estrechos de Taiwán (1624-1684), p 278

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