Una invitación para conocer la historia del Galeón de Manila, su cultura y su impacto en Filipinas y en América.

viernes, 15 de noviembre de 2019

William Henry Scott, Filipinista

William Henry Scott fue un historiador nacionalizado filipino nacido en Estados Unidos el 10 de julio de 1921. Dedicó su vida a estudiar a los grupos étnicos de la sierra madre de isla de Filipinas, Luzón, eliminando muchas confusiones que se habían acumulado acerca de estas culturas. Otra veta de su trabajo fue la valorización de las fuentes prehispánicas para comprender el mosaico cultural de Filipinas. Falleció el 4 de octubre de 1993 en Filipinas.

Con su erudición, Scott contribuyó al estudio de la historia temprana y la sociedad filipinas previa a la llegada de los españoles. En su tesis doctoral en la Universidad Santo Tomás, dedicada a las fuentes escritas de Filipinas, Scott evaluó críticamente en 1965 el Código Kalantiaw, que se consideraba un documento original de 1433. Posteriormente, publicó su investigación en un libro que, obviamente, causó controversia pues demuestra que el texto había sido escrito siglos después. Tomemos en cuenta que la tesis de Scott se publicaba en la época del dictador Ferdinand Marcos, quien estaba  particularmente interesado en el uso de la historia como herramienta de su discurso político de legitimación. En 1971, por ejemplo, su gobierno instituyó la orden de Kalantiaw para premiar a quienes brindaran servicios a Filipinas en las areas de la ley y la justicia. 





Estos son temas difíciles de tratar aún en esta época, debido principalmente al control político que ejercen todavía los sectores conservadores en Filipinas. En 1972, cuando Marcos declaró la Ley Marcial, Scott fue detenido por las autoridades militares. Siendo en aquel momento ciudadano estadunidense estaba expuesto a ser deportado, pero decidió enfrentar legalmente a sus acusadores y quedó libre en 1973. Posteriormente, adquirió la ciudadanía filipina. Su compromiso político y académico se expresó por igual acerca de la invasión de Estados Unidos en 1898 y el régimen colonial que implantó hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. 



Su contribución académica

En uno de sus primeros libros, Discovery of the Igorots (Descubrimiento de los Igorots) publicado en 1974, Scott describe la relación entre los españoles y los grupos tribales de la sierra centro-norte de Luzón. Se les llama Igorot, equivocadamente, por ser gente de las zonas altas, aunque ellos se autonombraban como Ifugaos. La aportación de Scott es que en realidad eran diferentes grupos étnicos diferenciados por sus idiomas, no tenían una estructura tribal, sino que tenían organizaciones comunitarias sin jefe definido y no fomentaban guerras entre ellos. Vivían en sociedades agrícolas, que desarrollaron el uso de terrazas para el cultivo del arroz. La definición como Igorots es resultado de una mirada superficial por parte de los extranjeros y el término (como sucede con los "Chichimecas" en México) es una referencia genérica y en mucho casos derogatoria.

En su libro, Scott se refiere a los Ifugao siguiendo las crónicas de los colonizadores, que en los primeros años de la ocupación española iban en busca del mítico oro de los indígenas. La segunda mirada fue el interés de cristianizar a esas comunidad indígenas. A pesar de los esfuerzos de los misioneros, la conversión religiosa fue poco efectiva en las primeras épocas. La tercera fase de la relación entre los colonizadores y los grupos de la sierra fue por medio de los indígenas de las planicies que mantenían contacto con "las tribus independientes".  Scott aporta elementos para señalar la manera en que los Igorots o Ifugaos participaron como contrapunto de la realidad filipina hasta bien entrado el siglo XIX. Fueron víctimas de decenas de incursiones militares, intentos de desplazamiento a zonas bajas, enfermedades, muerte por hambre y fuego. (1)





Las crónicas españolas destacan constantemente la presencia de los grupos serranos, como si fueran una frontera aún por conquistar. De hecho, ahora se habla de que la ocupación de Filipinas fue mucho más compleja que la historia que se cuenta, básicamente orientada a la vida de Manila y provincias alrededor. La investigación contemporánea debe tomar nota del trabajo de Scott y de otros en el sentido de que Filipinas fue una frontera múltiple, casi infranqueable, en las sierras, en las islas, y en el sur islamizado, en donde todavía prevalece el choque cultural.

La tarea académica de reconstruir la historia de la sociedad y las culturas filipinas del siglo XVI llevó los estudios de Scott a nuevas alturas, utilizando variedad de fuentes de archivo, como se presenta en su libro Barangay, publicado en 1994. Para llegar a esta síntesis, Scott publicó a lo largo de los años múltiples ensayos sobre la importancia del archipiélago en el comercio regional del Sudeste de Asia antes de la llegada de los españoles (2)




La definición de Barangay es particularmente interesante, pues parece derivarse una embarcación usada por los filipinos antes de la llegada de los españoles. La novedad es que las comunidades en tierra mantenían una organización social que hace referencia al núcleo marítimo, un caso que se repite en otras latitudes del Sudeste de Asia. Las comunidades fundamentales tienen referencia naval, por ser el medio de comunicación entre la región. Hoy en día, las ciudades se siguen organizado conforme al Barangay, usando también el término barrio de origen español. Scott buscó y encontró mucha información escondida en las grietas de la pared, pues los cronistas europeos escribieron muchas veces de manera involuntaria información sobre la vida de los pueblos del archipiélago que es material para el historiador atento a encontrarlas. (3)

Otro filón del trabajo de William Henry Scott es el estudio de la vinculación del archipiélago filipino con el resto de la región asiática, anterior a la llegada de los europeos. Es especialmente relevante la información que Scott rescata y organiza acerca de lazos comerciales que llegaban a Luzón, Visayas y Mindanao, a través de comerciantes localizados en Malaka y de ahí hasta la India y el Oriente Medio. Incluso menciona contactos que llegaban hasta el Mediterráneo. En ese sentido, aunque más conocidos, son los lazos con China, Japón y las islas Ryukyu. (4)

Finalmente, no se puede dejar de mencionar un pequeño libro que hace una aportación muy importante sobre el concepto del trabajo forzado en el archipiélago. El trabajo por sumisión por deudas, que fue aprovechado por los españoles como una forma encubierta para someter a los filipinos, es un tema también muy delicado. Nuevos historiadores tienen que comprender el sentido del trabajo en el Sudeste de Asia para desentrañar el fenómeno del esclavismo que existió en el comercio TransPacífico. Si bien, de manera formal la sumisión de los "indios filipinos" estaba prohibida por las leyes españolas, en tanto que se habían convertido al cristianismo, se siguieron utilizando formas de control de ese trabajo para las labores del Galeón de Manila y la agricultura. En este blog hemos dado cuenta del tema de la esclavitud en sus múltiples formas, atendiendo a las tesis manejadas por Scott.




El centenario del nacimiento de Willian Henry Scott se conmemorará en el mismo año de las Conmemoraciones del Quinto Centenario 2021 en Filipinas. Murió en 1993 y fue enterrado en la Iglesia Episcopal de Santa María la Virgen en el Cementerio de Sagada, Provincia de la Montaña.



Recientemente, Maricel Barce Yson publicó en Facebook una fotografía de la tumba de este gran historiador.  Lllama la atención la sencillez de esa última morada de un hombre que dedicó su vida y su obra a Filipinas.

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(1) Henry William Scott. “The Word Igorot.” Philippine Studies 10, no. 2 (April 1, 1962): 234–48. Ver también  “Igorot Responses to Spanish Aims: 1576-1896.” Philippine Studies 18, no. 4 (October 1, 1970): 695–717.  “The Igorot: An Integrated Cultural Minority.” Philippine Sociological Review 20, no. 4 (October 1, 1972): 356–60. “A Historian Looks into the Philippine Kaleidoscope.” Philippine Studies 24, no. 2 (June 1, 1976): 220–27. Prehispanic Source Materials for the Study of Philippine History. Revised edition. Quezon City: New Day Publishers, 1994

(2) Henry William Scott. “Filipino Class Structure in the Sixteenth Century.” Philippine Studies 28, no. 2 (June 1, 1980): 142–75. “Sixteenth-Century Visayan Food and Farming.” Philippine Quarterly of Culture and Society 18, no. 4 (December 1, 1990): 291–311. 

(3)  Henry William Scott. Cracks in the Parchment Curtain, and Other Essays in Philippine History. Emended ed edition. Quezon City: New Day Publishers, 1985.

(4) Henry William Scott.  “The Mediterranean Connection.” In Lookin for the Prehispanic Filipino and Other Essays in Philippine History., 24–39. Quezon City, Manila, Philippines: New Day Publishers, 1992. “Why Did Tupas Betray Dagami?” Philippine Quarterly of Culture and Society 14, no. 1 (March 1, 1986): 12–31. “Demythologizing the Papal Bull ‘Inter Caetera.’” Philippine Studies 35, no. 3 (September 1, 1987): 348–56.


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