El interés de los misioneros agustinos por llegar a China tocó limites peligrosos cuando, en un segundo intento, en 1576, pidieron ser llevados por comerciantes chinos hasta las costas del imperio celeste. Nuevamente esa expedición religiosa fracasó y se convirtió en la amarga derrota para el predicador Martín de Rada.
Los comerciantes chinos accedieron a llevar con ellos a los religiosos Martín de Rada y Agustín de Albuquerque, pero finalmente les abandonaron en la islote de Bolinao, en el golfo de Lingayen, de la provincia de Zambales, en la zona más próxima a China de la costa occidental de la isla de Luzón, cerca del cabo de Bojeador.
Utilizamos aquí el trabajo del historiador Manel Ollé Rodríguez, quien logra reconstruir las diversas versiones que se han escrito acerca de las circunstancias de este segundo viaje. Cita directamente a Martín de Rada, quien refiere el episodio del abandono en la costa de Luzón en una carta del 3 de junio de 1576, remitida a Alonso de Veracruz, Provincial de los Agustinos en Nueva España:
Utilizamos aquí el trabajo del historiador Manel Ollé Rodríguez, quien logra reconstruir las diversas versiones que se han escrito acerca de las circunstancias de este segundo viaje. Cita directamente a Martín de Rada, quien refiere el episodio del abandono en la costa de Luzón en una carta del 3 de junio de 1576, remitida a Alonso de Veracruz, Provincial de los Agustinos en Nueva España:
"(...) y después de un largo razonamiento, al qual se les respondió según Dios nos inspiró, dixeron que no queran llevarnos, sino que nos desembarcasemos luego. Y así nos echaron a tierra, aunque de paz..."
En otra carta del 6 de junio de 1576, escrita por Andrés Cavichuela, Andrés de Mirandaola y Salvador Aldave a Guido de Lavezares, quien fungía como gobernador ad interim, dan testimonio de que:
"Dos rreligiosos que este año bolvían a la China, los capitanes chinos que los llebavan, como gente ynfiel y bárbara, se arrepintieron y los dexaron en la costa de Yloco, desta propia ysla, que fue el menor daño que les pudieron hazer, donde les halló el Sangento Mayor."
Sin embargo, también se hizo mención al asesinato de los sirvientes y traductores chinos que acompañaban a los religiosos.
"(...) y a un lengua que los religiosos llevaban, natural de la China, le maltrataron a azotes, que está para morir; y mataron los chinos que de ací llevaban, que eran de los de Limahong, porque no huviese quien diese verdadera relación de los sucesos del tirano y por otras causas de bárbaros que a ellos pareció"
Varias décadas más tarde, el incidente seguía siendo motivo de reproches de las autoridades religiosas en contra de los gobernadores militares. El cronista jesuíta Francisco Colin, en su obra escrita a principios del siglo XVII, señala:
"El nuevo governador (Francisco de Sande) no hecho mucha cuenta desta embaxada, ni correspondió al Capitán que traxo a los religiosos, con el regalo que allá les avía hecho, ni a los presentes del Virrey para el Governador, Maesse de Campo y otros ministros de Manila, por lo qual descontento el Chino, se partió sin querer recibir nada de lo que le davan, y aunque embarcó consigo al padre Fray Martín de Rada que con otro compañero intentava bolver por segunda vez a China, le dexo en una tierra desierta de Bolinao, robado y desnudo, y muertos algunos de sus criados y compañeros, y acotados y maltratados a otros".Lo que estaba en juego en este pasaje era la confrontación de dos visiones distintas dentro del imperio español acerca del trato con China. Por una parte, la actitud humanista de los religiosos, frente a la agresiva posición de los gobernadores que se sucedieron en las islas filipinas en las primeras décadas del control español. Como he tratado de resaltar en la figura y personalidad política de Martín de Rada, el interés por China contaba con la experiencia previa de la evangelización en México y, si bien tenía a veces rasgos de ridícula inocencia, era muy distinta a los intentos por invadir militarmente a China, que por fortuna tampoco fructificaron.
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Manel Ollé Rodriguez, Estrategias flipinas respecto a China: Alonso Sánchez y Domingo Salazar en la empresa de China (1581-1593), Barcelona, 1998, Vol. 1, pp.257-258.
Rafael Bellón Barrios, Acerca del Discurso de la navegación (1577) de Bernardino de Escalante: evangelización, conquista, percepción del otro. Biblioteca Saavedra Fajardo del pensamiento político hispano.
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