Una invitación para conocer la historia del Galeón de Manila, su cultura y su impacto en Filipinas y en América.

sábado, 11 de octubre de 2025

Estrecho de San Bernardino

Agradezco a Bobby Cuaton Orillaneda del Museo Nacional de Filipinas por la información y por las fotografías. 

El Estrecho de San Bernardino es propiamente dicho un laberinto de islas, o así era visto -y temido- por los navegantes europeos y americanos que llegaban y salían de Filipinas. Es uno de los lugares donde por siglos se registraron múltiples accidentes, varios mortales.

El Embocadero, como se le conocía, está flanqueado por la isla de Luzón, que extiende hacia el sur un extraño brazo o península de Bicol, frente a la isla de Samar. Ahí, entre esas dos costas se encuentra la Isla Capul, donde arribaban los barcos procedentes del mar abierto tras largo viaje. 

Se dice que Capul es una abreviación de Acapulco. Se non é vero, é ben trovato (si no es verdad, es un acierto)

 


Capul es un municipio insular en la provincia de Samar del Norte. Se localiza en 12.25N, 124.11E, en el extremo sudoeste del Embocadero. La historia local está ligada a las primeras expediciones y por ahí salió Andrés de Urdaneta buscando el regreso del galeón hacia el continente americano. Se dirigió hacia el norte, terco que era, hasta alcanzar la corriente Kuro Shio, o río negro, que recorre el sur de Japón y se remonta hacia el norte del Pacífico, para finalmente bajar a la altura de California. 

En la isla de Capul se habla Inabaknon, un idioma relacionado con poblaciones del suroeste del archipiélago. El lugar es testigo de miles de viajeros del galeón que habrán rezado sin cesar por el bien del viaje o por agradecimiento al haber llegado. En 1595 se construyó una iglesia que es testimonio de esas aflicciones.

 Isla de Capul en el Estrecho de San Bernardino  

Se puede acceder a la isla por barco desde el puerto de San Isidro. Como el resto del Sudeste de Asia, el ritmo de la vida está gobernado por los monsones: el del noreste y el del suroeste. Los españoles les llamaban brisas y vendavales, mientras los filipinos siguieron nombrándolos como siempre amigan y habagat

En la documentación de archivo es común observar la urgencia que tenían los dueños de los barcos por salir a tiempo y encontrar los vientos propicios para salir al Océano Pacífico. Por eso es común encontrar las quejas contra malos navegantes que no podían llegar a tiempo, antes del monsón.  

El Museo Nacional de Filipinas ha iniciado un proyecto de rescate arqueológico marino alrededor de la isla de Capul para encontrar restos de los galeones y profundizar en el estudio de las rutinas de navegación y de los patrones de consumo en diferentes épocas.  


Extraños contrafuertes
 

 


El faro de la isla 
 

Invitación a la playa

Bobby C. Orillaneda, Maritime Trade in the Philippines During the 15th Century CE, Moussons, No. 27, 2016. https://journals.openedition.org/moussons/3529?lang=en

Efren B. Isorena, Maritime Disasters in Spanish Philippines: The Manila-Acapulco Galleons, 1565-1615, IJAPS, Vol. 11, No. 1, 53-83, 2015