Una invitación para conocer la historia del Galeón de Manila, su cultura y su impacto en Filipinas y en América.

lunes, 9 de junio de 2025

La domesticación del arte asiático


La doctora Sonia Irene Ocaña Ruíz recién publicó un nuevo libro con el inquietante título: La domesticación de Asia. El arte transpacífico en Nueva España en el siglo XVII. Zaragoza: Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2024.

El libro es una recorrido virtual alrededor del mundo, resultado de una profunda investigación de obras artísticas asiáticas que fueron muy apreciadas en la Nueva España y que ahora se encuentran diseminadas en museos y colecciones privadas en al menos tres continentes. El período de auge de ese intercambio cultural es principalmente finales del siglo XVI a principios del siglo XVII. 

La investigación de fondo muestra tantos nuevos elementos, comparaciones, aspectos técnicos de la producción de arte y del consumo global, que el lector quedará sanamente interesado en saber más. Podría llamarse también, Todo lo que Usted quería saber acerca de lacas, biombos, porcelanas y marfiles de origen asiático, pero no se atrevía a preguntar.

El concepto de domesticación es entendido por la autora como la familiarización que se produjo en la Nueva España con los bienes artísticos de origen asiático; de acceso relativamente fácil para las élites desde que se abrió el contacto regular por la vía del Pacífico. Pero en última instancia entiendo que además de la aceptación de esos objetos de origen lejano en los gustos y usos de las élites novohispanas, las piezas artísticas quizás perdieron parte de su valor semántico, adaptándolas a los valores religiosos y de lujo de las casa, los domos, de aquellos americanos. Un elemento adicional es la influencia que estos objetos tuvieron en la propia creación de arte en la Nueva España, con lo que apareció una variedad de piezas novohispanas que terminaron siendo exportadas a Europa.

El arte asiático en las casas y en las mentes novohispanas

 Estructura del libro:

1. LAS LACAS.
1.1. Las lacas japonesas en Nueva España 
1.2. Las lacas chinas 
1.3. Los enconchados: de las lacas namban a la pintura virreinal

2. LOS BIOMBOS ASIÁTICOS 
2.1. Los biombos japoneses
2.2. Las huellas japonesas en los biombos de Macao y Nueva España
2.3. Los biombos de laca china 
2.4. Los biombos japoneses de laca de Fausto Cruzat

3. LA PORCELANA .
3.1. La loza de China
3.2. La porcelana japonesa
3.3. La impronta de la porcelana china en la loza novohispana

4. LAS ESCULTURAS CRISTIANAS DE MARFIL
4.1. Las esculturas de marfil en el ámbito civil .
4.2. El ámbito eclesiástico.

En la Introducción, la Dra Ocaña señala:

"Los objetos asiáticos que circularon en Nueva España a lo largo del siglo XVII fueron más numerosos y variados de lo que suele creerse. Esta afirmación halla fundamento en la revisión de cientos de inventarios de bienes correspondientes a ajuares domésticos. Es bien sabido que buena parte del volumen del tráfico comercial entre Manila y Acapulco se dio de manera extraoficial, a través del contrabando. Tanto la laca como los biombos y los marfiles circularon profusamente en los ajuares domésticos, pese a que su presencia en los libros de sobordo fue bastante discreta. Si bien cada fenómeno posee sus propias particularidades, la extensa circulación de obras de calidades distintas perfila una problemática que se extiende más allá de la idea de lujo."

La ventaja del estudio de archivos es que, en ausencia de una parte importante de los objetos, que han desaparecido a lo largo de los siglos, se tiene testimonio de la posesión en manos de personas que los enlistaron en sus propiedades. Adicionalmente, debido a que parte de los bienes llegaron probablemente sin una clara regulación o por contrabando, la perspectiva documental ofrece una mejor identificación de la cantidad de objetos.

"El contacto directo y cotidiano tanto con Asia como con España dio a Nueva España una posición sui géneris, que se reflejó en su producción artística. Entre principios del siglo XVI y finales del siglo XVII,  la pintura novohispana desarrolló una notable diversidad de técnicas, soportes y materiales, que dio lugar a obras tan novedosas como la plumaria, las antas pintadas (pilastras), los biombos y los enconchados. Las dos primeras partieron de conocimientos prehispánicos transformados a instancias de los evangelizadores y de los conquistadores, mientras que los biombos y los enconchados surgieron a partir del diálogo tanto con el arte europeo como con el asiático, una vez establecido el comercio del galeón de Manila. Si bien desde finales del siglo XVI el éxito del arte chino y japonés inspiró distintas producciones artísticas en Asia, Europa y América, los biombos y los enconchados virreinales poseen características fácilmente distinguibles de otros objetos de inspiración asiática."

El primer capítulo ofrece una panorámica de las lacas japonesas cuya producción recibió diversas influencias asiáticas, de China y del Sudeste asiático, por lo que fue un arte nuevo en el período Momoyama (1568-1603). Pero también fue un arte que influyó y fue exportado hacia sus vecinos. El hecho es que cruzó el Pacífico y tuvo un impacto importante entre las élites novohispanas. Por la vía portuguesa también llegó a Europa, pero en principio tuvo un reflejo distinto en aquellas latitudes. Una de las repercusiones más interesantes de aquellas lacas oscuras y brillantes fueron los enconchados novohispanos. "Enconchados, entre lacas namban y pinturas novohispanas. El empleo conjunto de pintura e incrustaciones de concha nácar fue una novedad desarrollada en la Nueva España."





Enconchado mexicano con Isidro Labrador, alrededor de 1622, 

Museo de América, Madrid


El estudio ofrece una panorámica muy interesante y detallada de la influencia asiática, en la que se conjuga el intercambio en el Pacífico entre Manila y Acapulco, pero también los cambios que se fueron dando en diversas latitudes por ese encuentro cultural. El caso de Japón es muy importante porque se ubica, en la transición del siglo XVI al XVII, en un proceso político y cultural que sentó las bases del largo shogunato (casi coincidente con el periodo virreinal de la Nueva España y Perú). El arte japonés influyó en Asia y en América, se adaptó al consumo extranjero, arte Nanban, y a algunos de sus requerimientos religiosos. Pero todo concluyó con el cierre de las fronteras de Japón en la tercera década del XVII. Sin embargo, continuó la influencia indirecta, a veces por la puerta que dominaban los holandeses desde el puerto de Nagasaki, o cuando algunos artistas japoneses migraron y continuaron produciendo en puertos asiáticos.

👉Es fascinante la historia de Juan Antonio Xapón (páginas 100 a 107) personaje aún por decifrar, quien supuestamente tenía las habilidades de un artista japonés y residió por un tiempo en México. ¿Qué tanto influyó en otros creadores novohispanos? Poco se sabe, pero hay registros y ese es el queso para los ratones de archivo que pronto encontrarán algo más.

Los biombos, que han llamado la atención a muchos estudiosos a lo largo de varias décadas, son motivo del segundo capítulo del libro.

"Los biombos japoneses se conocieron en Nueva España desde la apertura del comercio con Manila; pese a esto, las referencias documentales localizadas datan del siglo XVII. Debido a su mayor tamaño y coste, es lógico que los biombos hayan circulado en menor medida que las lacas. Aun así, entre finales del siglo XVI y finales del siglo XVII, el lugar del mundo donde estos muebles plegables fueron más populares fuera de Asia fue la Nueva España. Desde principios del siglo XVII, el gran éxito de los biombos japoneses alentó la elaboración de ejemplares novohispanos; estos últimos se hicieron en distintos ámbitos virreinales e incluso se enviaron a la península ibérica y a Perú." 

Quedé intrigado cuál sería la composición pictórica de un biombo que muestra, según el hallazgo documental en este libro,  "la historia de la entrada del tártaro en la china". La obra se cita en 1657 y perteneció al comerciante Juan de Soto. Este blog ha tratado este tema. El Gran Tártaro ¿Quién es Palafox? 

Parece ser que los biombos fueron aceptados rápidamente en las casas novohispanas debido quizás a su belleza, versatilidad, y funcionalidad, al separar espacios en las amplias habitaciones de que aquella época. En el siglo XVII comenzó un proceso de producción local americana que imitaba las características principales de los biombos asiáticos: el fondo oscuro, los paísajes, las flores, las aves y las distintivas nubes doradas. Sin embargo, paulatinamente fueron adquiriendo la forma local al incorporar las narrativas novohispanas de eventos históricos como la Conquista y la descripción de las nuevas urbes.

En paralelo fue desapareciendo la distinción entre la influencia japonesa y china, para fundirse en los modelos orientales, incorporado al gusto de los consumidores novohispanos.

El tercer capítulo, el de las porcelanas, puede ser más complejo porque era más numeroso. De hecho, las vajillas, los adornos y otros productos asiáticos formaban parte importante de los cargamentos del Galeón de Manila ya en la última década del siglo XVI. "En la Nueva España de finales del siglo XVI y principios del siglo XVII circularon muchas más piezas de porcelana que en la mayoría de las naciones europeas, incluyendo España. Si bien la porcelana china circuló globalmente, tuvo distintas particularidades dependiendo del mercado al que se dirigía." 

El flujo abundante de piezas de diversas calidades tuvo un impacto en la diferenciación del lujo en el consumo novohispano. La disponibilidad de porcelana entró más de lleno en el gusto americano y casi de inmediato influyó en la producción local. Sin embargo, se reconoce que fue hasta la segunda mitad del siglo XVII cuando tuvo auge la loza producida localmente con influencia asiática.

"si bien en el siglo XVII la porcelana china circuló globalmente, su abundancia en la América virreinal propició procesos de apropiación especialmente complejos, en los que la huella de los modelos chinos podía resultar sutil, aunque rara vez se diluía del todo. Aunque en América nunca llegó a producirse porcelana, la loza poblana fina del siglo XVII, tanto la que incluyó detalles de origen chino como la que los dejó de lado, fue muy gustada en el virreinato de Nueva España y aun en Sudamérica. Así lo atestiguan los cientos de tibores, lebrillos y jarras conservados. El nutrido corpus de obras —muchas de las cuales se han incorporado en las últimas décadas a colecciones estadounidenses— permite advertir la evolución estilística, así como la coexistencia de soluciones, colores y esquemas decorativos cuya riqueza va más allá de la imitación de los modelos asiáticos.

Concluye el libro con la descripción del complejo proceso en que llegaron y se diseminaron los marfiles en la Nueva España y en Europa. Es bastante clara la intención religiosa en las imágenes en marfil, hechas por pedido en diferentes partes de Asia. Lo complicado es decifrar los orígenes y procesos de producción en manos de una variedad de artistas, aunque por lo general las piezas eran adquiridas en el famoso Parián de Manila. 

"Pese a no ser idénticos a los europeos —o quizá precisamente por eso—, los marfiles hechos en el Parián por artistas chinos fueron muy apreciados en Nueva España. Debido a que en Nueva España la circulación de marfiles asiáticos de temas religiosos se prolongó desde la apertura del comercio con Asia hasta el final de la época virreinal, las obras experimentaron cierta evolución estilística. En cuanto a los temas, tanto en el siglo XVII como en el XVIII abundaron las representaciones marianas, así como las de Cristo crucificado y el Niño Jesús, a los que se sumaron diversos santos."

Fueron las órdenes religiosas existentes en Filipinas la plataforma para la distribución de estas obras de marfil, originalmente destinadas a las contrapartes en la Nueva España. Es posible observar varios ejemplos más en parroquias en España, lo que muestra la red eclesiástica que promovió la distribución de este arte. Sin embargo, también existen registro varios de piezas en manos privadas. 

Me sorprendió gratamente reconocer el documento de la almoneda de los bienes del Diego Caballero Bazán, 1597, quien siendo presbítero en México también fungió como socio comercial de Diego Hernández Victoria, comerciante portugués avecindado al final del siglo XVII en Manila. Esta asociación comercial es testimonio del envío de novedosas mercancias asiáticas al mercado novohispano y hace volar la imaginación acerca de las personas que apreciaron, adquirieron y hasta ordenaron la elaboración de las porcelanas, lacas, biombos o esculturas de marfil, que llegaron algún lejano día a la Nueva España.

El libro de la doctora Ocaña es una pieza fundamental para la comprensión del enorme trasiego cultural que existió entre Asia, América y Europa a partir del siglo XVI. Debo reconocer que tuve necesidad de abrir muchos de los libros de arte a mi disposición y consultar en internet numerosas páginas de museos que afortunadamente contienen estas maravillas. La virtud del libro es que ofrece un orden conceptual y descriptivo del abundante acervo artístico de aquella época.